«Creí, por tanto hablé, estando afligido en gran manera». En esta frase del salmo 115 puede resumirse esta obra de mujeres valientes. Ellas han decidido hablar y dar testimonio no sólo de sus historias como víctimas consagradas en la Iglesia sino, y principalmente, como mujeres heridas en su más profunda dignidad.

Con discernimiento y profundidad se nos invita a reflexionar sobre un tema que nos desgarra por lo doloroso e inexplicable. En necesario abordarlo buscando caminos de verdad y de justicia, inclinados hacia el otro con ternura evangélica y hermandad.

Volumen I
Actas del Simposio
patrocinado por el Centre de Recherche et d’Anthropologie des Vocations

(Precio por separado: 25 euros) 

El desenlace de la vida de Jesús es terrible e incomprensible. Detrás de su condena también está nuestro miedo, nuestro

"Es la Palabra de Dios la que suscita la fe, la alimenta, la regenera. Es la Palabra de Dios la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su lógica, que tan distinta es de la nuestra; es la Palabra de Dios la que renueva continuamente nuestras comunidades...

Creo que todos podemos mejorar un poco bajo este aspecto: volvernos todos más oyentes de la Palabra de Dios, para ser menos ricos de nuestras palabras y más ricos de las suyas" (Papa Francisco).

San Carlos de Foucauld es uno de esos testigos de nuestro tiempo y modelo para todos. Un auténtico místico, un hombre de Dios, un marabut. Cuanto más unido a Dios, más pobre y humilde se hacía, entregándose completamente a sus hermanos más alejados y olvidados.

Hoy son miles las personas que se inspiran y viven tal como este santo actual quiso y pensó. Sin duda, san Carlos de Foucauld es un germen revolucionario en el seno de la Iglesia y de la sociedad en general.

Entre los contenidos de la Norma Missionis, en cuanto fundamento último del derecho canónico, tiene especial relevancia el anuncio de la verdad y la justicia; por esta razón, sin desmentir la prevalencia del fuero de la conciencia respecto a los fines espirituales últimos del ordenemiento eclesial, y aun promoviendo con mayor amplitud que en otros ordenamientos las soluciones conciliadoras y alternativas al proceso, el reconocimiento en el fuero externo de las situaciones jurídicas controvertidas más delicadas, así como las presuntas violaciones de derechos, también en la Iglesia s

La Palabra de Dios —alma de la teología y luz para toda forma de vida cristiana— es, sin duda, un tema que ha suscitado gran interés en los últimos años.

La vida consagrada nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida. Por ello, la Iglesia nos recuerda que nunca ha de faltar en las comunidades de vida consagrada una formación sólida en la lectura creyente de la Biblia. De ella —verdadera fuente de agua viva—, la vida consagrada extrae sabiduría para vivir e inspiración para una vida verdaderamente evangélica.