La dimensión comunitaria ha sido la más resaltada por el Concilio en la renovación de la vida religiosa. Los redactores del "Perfectae Caritatis" han prestado un inapreciable servicio al poner el acento en la cualidad mistérica del mismo ser de la comunidad. Los religiosos hemos de revisar despiadadamente nuestras aptitudes y hábitos comunitarios o anticomunitarios. Hemos de ir apasionadamente a los esencial de nuestra vocación.
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[1] http://www.publicacionesclaretianas.com/atilano-alaiz