Vestir al desnudo es algo más que dar ropa o vestido a quien lo necesita. Hay una desnudez mucho más profunda. Es la desnudez moral de quien siente el frio de un mundo que lo descarta, incapaz de arropar sus necesidades; de un mundo y una humanidad sin ese calor necesario que da dignidad a toda persona.
De esto hablan estas páginas, desde el testimonio humilde y sincero de una conocida institución, Mensajeros e la Paz, que lleva décadas canalizando la generosidad de miles de personas y que quiere ser un reflejo -un pequeño y humilde destello- de esa Misericordia que no es sino el verdadero nombre de Dios.
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[1] http://www.publicacionesclaretianas.com/angel-garcia-de-mensajeros-de-la-paz